La situación de ERC en el oriente de Michoacán es ampliamente reconocida desde principios de este siglo. Según la narrativa de la población, a principios de la década de los noventa se comenzaron a registrar casos de ERC en el municipio de Ciudad de Hidalgo, Michoacán, agudizándose a principios de 2000. Existen varios estudios sobre la ERC en el oriente de Michoacán que van desde tesis de especialidad en Medicina Familiar (Gómez Suárez, 2006; Villaruela Avalos, 2018; Ramírez Valencia, 2018), artículos científicos (Carrillo Vega et al., 2017; González Pérez et al., 2018), hasta iniciativas legislativas (Sen. Jesús Garibay García, 2011; Dip. Anita Sánchez Castro, 2019; Dip. Osiel Equihua, 2019).
Es necesario mencionar aparte, el proyecto de investigación realizado por el Dr. Malaquías López Cervantes, catedrático de la UNAM, del que se realizaron dos tesis de maestrías y algunos artículos (López Cervantes et al., 2013). Los resultados más relevantes de este proyecto es que lograron la geolocalización de los pacientes con ERC (Santacruz Benítez, 2017), censaron a 23,191 pacientes, obteniendo 8798 muestras biológicas. Con esto, clasificaron a los pacientes en estadios 1 y 2 de KDIGO, por lo que no consideraron que hubiera un exceso de casos de ERC, ni que la prevalencia fuera mayor en la zona. Lo que sí notaron es que había más casos de ERC avanzados de lo que esperaban. Aún y cuando contaron con un significativo número de muestras biológicas tomadas, no lograron obtener resultados concluyentes, ni reportaron análisis genómico a pesar de contar con las muestras y sólo reportan que pudieron observar 11 laminillas de biopsias. Los problemas metodológicos del proyecto son: que la población estudiada se centra en seis municipios, no en el total de la región; aproximadamente el 50% de los participantes pertenecen a la misma comunidad y se extrapolan los resultados a la región oriente del estado; el 60% de los participantes son del género femenino cuando la ERCEND es más común en hombres; se considera que la tasa de prevalencia es menor a la media nacional, porque ellos contemplaron mujeres jóvenes sin diabetes mellitus ni hipertensas, mientras que la media nacional considera a todos los grupos etarios y a ambos sexos. Sin embargo, información que vale la pena retomar de este trabajo, es que pone de manifiesto la importancia de este problema en población joven en edad productiva.
Dos tesis de especialidad en medicina familiar revisaron expedientes de pacientes con ERC terminal (ERCT) en dos centros de atención del IMSS en Morelia, Mich. Encuentran un mayor porcentaje de mujeres que de hombres, la mayoría proviene de la ciudad de Morelia, con un alto porcentaje de Cd. Hidalgo. De manera interesante, entre el 29 y 33% padece ERCT de etiología no determinada, con un pico de edad menor a los 30 años. En el trabajo de González-Pérez et al. (2018) se realizaron 20 biopsias de pacientes renales con edad promedio de 27 años; un 60% fueron de sexo masculino, los pacientes tenían un familiar directo con ERC. La lesión más común es la glomeruloesclerosis focal y segmentaria. Se discute la necesidad de realizar estudios genéticos.
Gutiérrez Peña et al. (2021) en el estado de Aguascalientes, encontraron que el comportamiento de la población con ERC es bimodal, donde en el grupo de 20 a 40 años prevalece la ERCEND mientras que el grupo de 60 años y más, prevalece la ERC secundaria a una enfermedad crónica (diabetes mellitus, hipertensión, etc.). Los hallazgos histológicos son similares a los encontrados por González-Pérez et al. (2018); no se demostró que la consanguinidad fuera una consecuencia, así como tampoco se encontró la presencia de concentraciones elevadas de metales pesados en el agua que consumen. Debido a estos hallazgos, sugieren la realización de más estudios que profundicen en el impacto que pudieran tener en la ERC otros factores ambientales, así como los genéticos.
Aun cuando no hay datos publicados por parte de las autoridades sanitarias que indiquen la prevalencia de la ERC en el oriente de Michoacán, datos de atención en las diferentes unidades de salud, indican que sí hay un mayor porcentaje de pacientes con ERCEND en la región. Se han planteado tres iniciativas, una en el senado y dos en el congreso del Estado, en las que se documenta el considerable número de pacientes con ERC, las perspectivas de crecimiento del número de pacientes y el costo tan alto que representa la atención de la enfermedad (Sen. Jesús Garibay García, 2011; Dip. Anita Sánchez Castro, 2019; Dip. Osiel Equihua, 2019). Es por eso que se ha planteado hacer modificaciones a la Ley General de Salud con el fin de incluir una cláusula en la que se considere a la ERC como una enfermedad emergente, que puede prevenirse y tratarse con programas de detección temprana. Sin embargo, a la fecha, ninguna de esas iniciativas ha prosperado.
En resumen, a nivel nacional se reconoce a la enfermedad renal crónica como un problema de salud emergente, que incide en un grupo poblacional joven, lo que disminuye su calidad y años de vida; además, los costos de tratamiento de esta enfermedad son muy elevados. A nivel estatal, se han realizado diversos estudios que demuestran que sí existe un mayor número de pacientes con ERC en los municipios del oriente del estado, sin embargo, no se cuenta todavía con un plan de acción.